En mayo de 2010, cuando Chlover se alzaba en el escenario del Karl Marx con el Premio al Mejor Disco de Rock, estaba ocurriendo un evento significativo en la tormentosa historia del género en Cuba: la Feria Internacional Cubadisco legitimaba, no solo al metal, sino al fenómeno de su producción independiente, representado por el fonograma Primer encuentro con el lado oscuro. Entonces concebí la idea de entrevistar a los miembros del grupo, hacer un reportaje, escribir un artículo. No hice ninguna de las tres cosas. A punto de cumplir, en diciembre próximo, diez años de trabajo, los metaleros de Artemisa me ofrecen un pretexto para saldar la deuda. Sobre la música de Chlover y el fenómeno de su popularidad hay mucho todavía que decir. Por ahora, ellos tienen la palabra:
LL: Tengo en mi poder La maldición: un DVD con entrevistas, fotos y tres temas musicales, ¿son inéditos o están incluidos en discos anteriores de la banda? ¿Qué ventajas ofrece este tipo de propuesta multimedial?
OA: Los temas de La maldición son inéditos y se hicieron por la necesidad de poner nuevo material en la radio y la televisión. Desde Primer encuentro con el lado oscuro no habíamos grabado nada y los fans estaban que nos querían asesinar. Serán incluidos en nuestro próximo disco. El DVD destroza al CD porque puedes incluir en el menú no solo pistas de audio, sino también fotos, entrevistas, más la posibilidad de ver a la banda ejecutando las piezas. Es lo más completo que se le puede dar a alguien que quiere consumir tu música.
LL: Una producción independiente entraña retos y dificultades de diversa índole. ¿Por qué una agrupación que ha trabajado por diez años acude a esta variante, digamos que “alternativa”, para difundir su obra?
AE: Siempre hemos manejado la idea de hacerlo todo nosotros mismos, no sentarnos a esperar que nos den esto o lo otro. La autopromoción es muy importante en el trabajo de cualquier banda, para darse a conocer a nivel nacional e internacional. De ahí que apostamos por esta alternativa…
OA: La precaria industria discográfica cubana se limita a grabar obras de interés patrimonial; o sea, para que quede el registro oficial de lo que se hace. Por lo demás, solo timba, música tradicional y jazz, entre “otritos”… En Cuba el disco no es un negocio, ya sea por el bloqueo o por otras miserias. Una banda como la nuestra debe autoproducir, corriendo los riesgos que corren tantas otras bandas en el mundo, que graban y distribuyen en el mercado alternativo.
MN: Durante todos estos años nos ha preocupado mucho distribuir la obra entre nuestros seguidores, sin importar cuán trabajoso sea. Hemos tratado de dejar nuestra huella en la historia musical cubana, ¿y qué mejor manera que materializar un pedazo de nuestra razón de ser y entregarla, ya sea un demo, un home video, un clip o una multimedia? Es algo que siempre podrán disfrutar.
LL: En la trayectoria de Chlover distingo tres momentos: el 2003, con la selección como mejor banda novel en Cuerda viva; el 2007, cuando se integran a la Agencia Cubana de Rock y terminan siendo la banda más popular de Cuerda viva; y el 2010, cuando ganan el Cubadisco. ¿Cómo valoran esos reconocimientos? ¿Reciben el apoyo de las instituciones? ¿Existen mecanismos para la promoción y comercialización del rock?
AE: El apoyo nunca fue suficiente, aunque todo cambió cuando se fundó la Agencia Cubana de Rock y entramos en su catálogo. La comercialización de este género en el país es oscura y diabólica; las disqueras se interesan poco y, al no tener un mercado interno, todo sucede en vano… La promoción es otra batalla, pero algunos programas de radio y TV nos han brindado cobertura…
OA: Cada etapa se ha cerrado con un premio y, entre ellos, el Cubadisco fue el más soñado y disfrutado… Mira, a las instituciones no les interesa si bandas como la nuestra existen o no, ja ja ja… Para eso está la Agencia Cubana de Rock que, con ayuda del Instituto Cubano de la Música, organiza festivales y conciertos. Fuera de ahí, cada quien debe, por gestión propia, llegar a eventos y lugares. Chlover siempre ha resultado agraciado en los medios, en parte por nuestra obra y en otra gran parte por el trabajo de producción y representación que debe hacerse, algo de lo que muchas bandas carecen y es causa de que sea difícil ver en TV un video o una entrevista… Solo lo logran quienes se desangran haciendo una producción de primer nivel (DVDs, videoclips, afiches, pegatinas, t-shirts), y ponen el material en manos de los directores…
MN: En lo personal, creo que los premios son los que han hecho de Chlover lo que es. Sin aquel “banda novel” de Cuerda viva en 2003 no habríamos tenido la satisfacción de ganar el Cubadisco en 2010. Cada reconocimiento que hemos recibido nos ha hecho trabajar más duro y ha incrementado nuestro compromiso con el público y con nosotros mismos. Sin esperar nada a cambio, porque de eso se trata: de tocar una vez más, con sentimiento.
LL: ¿Cómo han conseguido mantenerse en activo durante una década, sin que la intensidad del trabajo y la calidad musical decaigan? ¿En qué medida han sido afectados (o no) por los cambios de alineación y cuáles han sido su mayor logro y su peor momento?
OA: Chlover es la capilla de nuestra religión. Somos los mismos tipos en el ensayo, en una fiesta, en los torneos FIFA 2012, en los cumples de cada uno o en los momentos fatales. Somos mejores amigos, colegas de banda, y hemos desarrollado un modo de vida que funciona de maravillas. La cereza del pastel cae cuando subimos al escenario… Solo hemos cambiado de cantante y ahora hemos incorporado a un nuevo guitarrista. Michel, el nuevo vocalista, se ajustó muy bien y Jorge Luis Camerota (Camarotillo) es sangre joven para las chicas. Los demás seguimos dando leña. Para nosotros cada concierto es como una batalla: calentamos, nos concentramos, a veces hay su galletazo y otras bobadas de backstage… Cada concierto es lo mejor de nuestras vidas. Cada experiencia conduce a puertas que estaban cerradas y que debes abrir…
MN: Los cambios de alineación siempre afectan el desarrollo de un grupo, pero te dan la oportunidad de corregir errores cometidos y aprovechar la experiencia al máximo. Nunca nos sentiremos satisfechos, pues la insatisfacción hace evolucionar a un proyecto. Nos sentimos agradecidos por hacer lo que más disfrutamos. Nuestro mayor logro es seguir tocando juntos y lo peor es terminar un concierto y saber que hasta el mes próximo no podrás repetir la emoción.
AE: Siempre hemos pensado que no vivir en la capital y a la vez estar cerca de ella es una suerte. Somos del mismo pueblo y aquí lo hacemos todo. Chlover es un grupo de amigos que se reunieron para hacer una banda de rock y con el tiempo se ha convertido en una familia. El cambio que tuvimos en la alineación, a partir de la salida de nuestro antiguo vocalista, fue duro y el peor momento de la banda. Con la entrada de Michel todo cambió y fue como si empezáramos de cero. Grabamos Primer encuentro con el lado oscuro (Premio Cubadisco) y todo fue mejor. Luego llegó la tercera guitarra en las manos de Jorge Camerota, para solidificar nuestro sonido. El mayor logro, sin dudas, ha sido mantener la popularidad entre el público que nos sigue.
LL: En La maldición se revela una preocupación por los textos ¿Qué importancia le atribuyen en el proceso de comunicación con su público?
OA: El metal depende de sus textos para llegar al público, aunque no siempre de manera poética o complicada, desde el punto de vista literario. Tampoco es totalmente necesario, porque a veces basta escuchar a un tipo gritando cosas llenas de ira y fuerza… Nuestros textos abordan la temática social, pero a través de imágenes. Que la gente se lleve un mensaje sin que se lo hayamos dicho literalmente. En el mundo de hoy se vive constantemente bajo la mierda de otros y es un alivio poder decir lo que decimos en nuestras canciones. Para el público, escucharlas debe ser igual. Decimos lo que nos afecta y nos frustra, lo que nos da náuseas y lo que está mal hecho. Como es igual para todos, a los fans les llega muy adentro y creo que esa ha sido la clave para que les gusten nuestros textos.
AE: Las letras son fundamentales a la hora de que el público se identifique con la banda, el mensaje que se está trasmitiendo. De eso se trata en el metal: cantarle a la gente sobre los problemas sociales actuales, que nos afectan a todos. Darles nuestro punto de vista y mostrarlo en escena con nuestra energía y actitud.
MN: Creo que esto es vital, pues te conectas de inmediato con esas personas que te apoyan en todas partes, que son capaces de pasar malas noches en la carretera por seguirte a un festival, que pagan una entrada para ver tu show, que gritan un coro entregando su alma. No importa el género musical que decidas hacer: la música es una expresión del arte como la poesía y la literatura. Así que no hay razón para separarlas. La música de Chlover es algo más que acordes distorsionados y voces potentes; es un mensaje de actitud, un compromiso con nuestras raíces, con nuestra generación. Es decir: “esta calle es nuestra”, sintiendo todas y cada una de las palabras que integran esa frase.
LL: Desde la perspectiva de Chlover, ¿es el rock un género preferido por cierto sector minoritario dentro de la isla? ¿La popularidad alcanzada se limita a esa minoría o llega su música a un público más amplio?
MN: En los comienzos de la banda el público amante del rock n’ roll tenía otras características y era mayor que el actual, pero increíblemente nuestra música no se ha limitado a los fans sino que ha llegado a todo tipo de oyentes…
AE: Es cierto que en nuestra isla el rock es un género minoritario, pero cuando tiene calidad y la propuesta es “de verdad”, como decimos nosotros, se te suman muchos que no son fans a este tipo de música, y cuando tocas en una plaza te apoyan aunque no sean amantes del metal.
OA: Nuestro público, en un alto porcentaje, está compuesto por estudiantes de secundaria, preuniversitario y universidad. Es un público muy joven. El metal, casi por definición, es consumido por sectores minoritarios. Si a la mayoría de la gente le afectara la realidad como a los metaleros, el mundo sería un mejor lugar. De modo que preferimos seguir con nuestra inmensa minoría, aunque sabemos que personas de otras procedencias y edades escuchan nuestra música y disfrutan nuestros videos.
LL: Sin embargo, albergo la sospecha de que los distintos estilos del metal gozan de mayor aceptación entre los jóvenes cubanos, comparados con el resto de las tendencias. ¿A qué se debe dicho fenómeno?
OA: Creo que estás en lo cierto. En Cuba la gente prefiere el metal, aunque no siempre ha sido así. Bandas como Garaje H, Havana, Tribal, Joker y Rice & Beans han sacudido los escenarios de todo el país. El problema es que no se han visto muchas bandas de calidad —sobre todo en la voz—, como para pegar en el público cubano. Son géneros que necesitan voces melódicas y bien entrenadas, además del carisma.
MN: Es algo que les llama la atención a todos, pero nos hemos dado cuenta de que igual ocurre con cualquier género musical: el público cubano demanda pura adrenalina cuando de escuchar una pieza musical se trata. En mi opinión, esto responde a un condicionamiento de tipo histórico-cultural.
AE: El cubano, por tradición, siempre ha preferido la música bailable, con ritmos fuertes. De ahí que el metal sea la tendencia que más guste. El rock n’ roll es la música más escuchada en el mundo y Cuba no queda fuera de esa cultura. Reconozco que no es nuestra, pero tenemos una inclinación innata por ella: la seguimos y la practicamos.
LL: Dentro de lo que algunos llaman “tendencias extremas del metal”, ¿por cuáles pasa el estilo de Chlover? ¿Qué influencias reconocen en sus composiciones y en su manera de interpretar?
OA: Después de plantearnos una línea de trabajo que incluye distintas áreas de la música cubana que podríamos mezclar con la nuestra, hemos decidido llamar a lo que hacemos “nuevo metal cubano”, a partir de que existe como un estancamiento en el género y de la necesidad enorme de decir al mundo que hacemos rock en Cuba y le llamamos rock cubano. En cuanto a preferencias, estamos totalmente influidos por Pantera y por la banda argentina Carajo.
AE: Chlover tiene influencias de muchos estilos. Nos marcó muy fuerte toda aquella corriente thrash de los 80: Metallica, Megadeth, Sepultura. También el metal de principios de los 90: Pantera, Machine Head. Con la llegada del mp3 actualizamos pronto nuestra base de datos y quedamos cautivados por el nu metal. Hemos estado al tanto de nuevas corrientes como el metalcore y el deathcore. Por todo eso, calificamos lo que hace Chlover como “metal cubano”.
MN: Chlover es una mezcla de géneros musicales que no solo revela a los disímiles subgéneros metaleros (heavy, thrash, hardcore…), sino que también incluye la música cubana como parte importante en su propuesta sonora. Somos una banda de metal cubano.
LL: En pocos meses Chlover estará cumpliendo una década de trabajo. ¿Qué proyectos tienen para los próximos diez años y qué pueden decirle a las nuevas bandas de rock que van surgiendo?
AE: Todavía no hemos pensado en la celebración, pero seguro que va ser una gran fiesta y un gran concierto. Seguiremos trabajando duro para que nuestra música se escuche. A las nuevas bandas: que trabajen duro y que no dejen de divertirse en el escenario, porque en Cuba el futuro es oscuro pero recuerden siempre que “¡esta calle es nuestra!”.
MN: Seguir en pie, resistiendo hasta el fin. Nuestro consejo: hazlo por ti mismo. Vive el sueño, cree en él y defiéndelo. Un grito de Chlover: “¡Poder a la gente!”.
OA: Celebraremos los diez años tocando, lo demás es política. Grabaremos nuestro disco con la EGREM, que se ha convertido en una especie de deber. Luego haremos un material totalmente nuevo con una disquera extranjera que ya se interesó y trataremos de acceder al mercado extranjero. Queremos hacer música mientras la realidad lo permita: recuerda que esa es la mayor enemiga de los cubanos… A los nuevos grupos les digo que las bandas americanas y europeas que se ven en los videos están muy bien, pero no hay que reproducir eso. Es importante tener una forma de plantear lo tuyo. A los seguidores del metal: esperemos que se abran las puertas de la mente y del alma y que salgan por fin las bandas cubanas al mundo, para que crezca esta música que amamos. “Resistir, prevalecer y demostrar que podemos crecer./ Es nuestra razón de ser,/ la fuerza de luchar/ para poder seguir en pie…”
Chlover:
- Orlando Acosta (OA): Batería y director
- Milton Núñez (MN): Guitarra líder y voz
- Alain Echeverría (AE): Guitarra
- Jorge Luis Camerota: Guitarra
- Noel Camerota: Bajo
- Michel Hernández: Voz principal
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